— ¡No la toques, maldita sea! ¿Crees que puedes simplemente entrar como si tal cosa y darle un beso a pesar de que ella no quería? —gruñó Liam enfadado.
Comencé a sentirme enferma, literalmente enferma. Me puse de pie y me tambaleé hacia mi baño, donde vomité lo que parecían ser varios litros de vodka. Me comencé a mover para sentarme, cuando me apoyé en las piernas de alguien. No me asusté, podía oler su perfume. Sabía que era Liam.
— ¿Estás bien? —preguntó, con voz simpática. Pero no pude responderle, sólo me incliné sobre el inodoro y vomité otra botella de vodka. ¡Wow, eso es un desperdicio de dinero!
Liam, bendito sea, me frotaba pequeños círculos en mi espalda y sostenía mi pelo. Después de unos minutos, me sentí mucho mejor.
— ¿Quieres ir a la cama? —preguntó, mirándome preocupado.
Asentí con la cabeza.
—Sí, sólo quiero cepillarme los dientes.
Me esforcé por levantarme del suelo del baño, pero estaba tan descoordinada que no funcionó muy bien. Liam sonrió y se inclinó, deslizando sus brazos debajo de mí y levantándome fácilmente, como si no pesara nada.
Me senté en la siguiente sección, junto al lavamanos. Tomé el cepillo de dientes y le puse pasta dental. Sonreí débilmente y cepillé mis dientes, asegurándome que todo el sabor a alcohol se había ido.
— ¿A la cama? —preguntó, cuando había terminado. Asentí con la cabeza, y me levantó al estilo nupcial y me llevó de vuelta a mi habitación. Había quitado los cobertores y estaba a punto de dejarme en la cama, cuando recordé que todavía llevaba mi ropa de fiesta.
— ¡Espera! No quiero ir a la cama con esto —murmuré, mirando hacia mi ropa.
Él asintió y me puso de pie, pero casi no podía mantenerme, y sentía como si mis piernas estuvieran estropeándose. Liam puso un brazo alrededor de mi cintura, sosteniendo, y me quitó los collares.
Quité el botón de mi top y lo comencé a sacar por mi cabeza, pero me enredé en el proceso y empecé a reír. Lo oí suspirar, mientras me empujaba para que me sentara en la cama y me quitó el top.
Cuando lo miré, vi que tenía una expresión divertida. Me puse hacia atrás y me desabroché los shorts, levantando mis caderas mientras bajaban por mi trasero; él los tomó y los sacó, mientras me acostaba en ropa interior solamente.
— ¡Oh, no! —jadeé, tratando de sentarme, sujetando una mano sobre mi boca.
Rápido como un rayo, me levantó y me llevó de nuevo al baño, sosteniendo mi cabello de nuevo y frotando mi espalda mientras mi estómago se vaciaba.
Después de haber cepillado mis dientes de nuevo, se quitó su camisa y la puso sobre mí.
—Aquí hay otra para añadir a tu colección de camisas —dijo con una sonrisa, mientras me levantaba, me llevó hacia la cama.
Él caminó hacia la puerta. Pensé que iba a salir y volver a la fiesta, pero no lo hizo, simplemente cerró la puerta y se quitó sus jeans, subiendo a la cama junto a mí.
Todavía podía oír la fiesta en el exterior.
Liam envolvió sus brazos alrededor de mí y me movió hacia su pecho. No podía dejar de pensar en el tipo que me besó en la cocina. Antes de que supiera que estaba pasando, estaba llorando.
— ¿Cuál es el problema, Ángel? —preguntó, mirándome desconcertado.
— ¡Ese imbécil me robó mi primer beso! —gemí. Liam se echó a reír y me sentí aún peor. ¡No podía creer que se estaba riendo de mí!—. ¡No es gracioso, Liam! El primer beso de una chica es importante para ella. Sólo porque seas una clase de súper puta a la que no le importa, y probablemente no recuerda su primer beso, no significa que las pequeñas cosas no son importantes —dije, con rabia, golpeando su pecho.
—Ángel, cálmate. Él no te robó tu primer beso —dijo, seriamente, mirando directamente a sus ojos, haciéndome sentir ingravidez con sus estúpidos ojos marrones de mujeriego.
— ¿De qué estás hablando? ¡Él lo hizo! Él sólo me besó y me lo robó —gruñí, con una lágrima cayendo de mi ojo. Él la limpió con su pulgar y sacudió su cabeza.
—Sí, él sólo te besó, pero ese no fue tu primer beso. Yo lo fui hace mucho tiempo —explicó, con una media sonrisa.
¿De qué diablos estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, tratando de recordar.
— ¿Recuerdas cuando me caí de ese árbol en mi jardín? Tenía trece años y mi pierna me dolía demasiado, y me preguntaste que podías hacer para que el dolor se fuera. —Él cerró sus ojos y sacudió la cabeza con el recuerdo, con una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.
Di un grito ahogado. Oh, dios mío. ¡Eso es verdad! Él me pidió que lo besara y eso hice, bueno, dos veces en realidad. Dijo que todavía estaba doliéndole y me pidió que lo besara de nuevo. Justo después de eso, Niall salió de la casa y nos sorprendió.
Le dio un puñetazo a Liam por eso.
Oh, mierda. ¡Liam tenía mi primer beso! No estaba segura de cómo sentirme sobre eso, fue realmente agradable esa vez. Él estaba siendo muy dulce ese día, estaba subiendo al árbol para bajar mi pelota que había quedado atrapada ahí. Supongo que eso era bueno, al menos si Liam tenía mi primer beso, significaba que no fue robado por un imbécil mientras estaba borracha en una fiesta.
Le sonreí y me devolvió la sonrisa.
—Ese también fue mi primer beso, y aún lo recuerdo —dijo en voz baja, guiñando un ojo en broma.
—Bueno, has tenido muchos desde entonces, y algo más —afirmé, refiriéndome a todas las chicas con las que se ha acostado.
—Sí, pero ese es todavía el primero y el mejor —susurró, besando la parte superior de mi cabeza y tirando de sus brazos a mí alrededor, metiendo mi cabeza en el hueco de su cuello.
Sólo nos quedamos en silencio; no sabía que decir, así que me quedé callada.
Después de un rato, todavía estaba despierta por el ruido que llegaba de la fiesta.
Eran como la una de la mañana, así que probablemente se prologaría por lo menos una hora. Me di la vuelta para ver a Liam observándome.
—Tampoco puedes dormir, ¿eh? —preguntó, sonriendo.
Negué con la cabeza.
— ¿Por qué no sales y sacas provecho a la fiesta? No tiene sentido que estemos aquí despiertos. —Me alejé de él para que pudiera salir de la cama.
Pero él negó con su cabeza y me empujó de nuevo a su pecho.
—Estoy bien donde estoy.
Después de aproximadamente media hora, levanté mi cabeza y lo miré, se había quedado dormido y se veía tan tranquilo y dulce, y sin mencionar sexy. Prefiero nunca mirarlo de esta manera.
Sabía que él era guapísimo y tenía un cuerpo impresionante, pero nunca se me había ocurrido mirarlo así. Mis ojos se movieron hacia su pecho. Él estaba realmente increíble y tenía abdominales perfectos.
Acerqué uno de mis dedos y tracé las líneas de sus músculos en su estómago, sólo preguntándome cómo se sentiría.
Él se estremeció.
—Me siento un poco violado —afirmó, haciéndome saltar y alejar mi mano rápidamente.
Me reí porque había sido sorprendida.
—Bienvenido a mi mundo, me haces sentir así todo el tiempo. —Me encogí de hombros.
—Supongo que sí, lo siento —dijo, casualmente. Inmediatamente me pregunté por qué él no era así todo el tiempo; sí lo fuera, probablemente estaría enamorada de él como las demás chicas lo estaban.
—Oye, viendo que no podemos dormir... ¿Qué te parece jugar? —sugirió en tono emocionado, lo que era probablemente una mala señal.
Puse mis ojos en blanco, tratando de no pensar en los estúpidos juegos que él propondría.
—No voy a jugar contigo; será algo como un juego de quitarse la ropa, o algo que implicará que me veas desnuda —dije, frunciendo el ceño y haciendo una mueca con los labios.
Él se rió y tomó mi labio inferior entre su pulgar y dedo índice.
—Sin pucheros, Ángel. —dijo en tono gracioso, pasando su pulgar por mi labio.
El movimiento me hizo agua por alguna razón. Saqué mi lengua y lamí su pulgar en broma, esperando que él se alejara y me dijera que era asqueroso. Pero no lo hizo.
Movió su cabeza cerca de la mía y luego se detuvo, sus labios estaban a pocos milímetros de los míos. No podía respirar, mi corazón estaba acelerado, pero no era el usual miedo que tenía, era porque quería que me besara. Él pareciera estar esperando que le diera una señal para decir que estaba bien.
Tragué saliva y cerré la distancia, presionando mis labios a los suyos ligeramente.
Se sentía como si él me acabara de dejar en shock. Un millón de mariposas parecían alzar el vuelo en mi estómago, pero sabía que no era causado por el alcohol.
Respondió de inmediato, acercándome a él y recorriendo mi espalda con sus manos. Levanté mis brazos y los puse alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su cabello castaño y sedoso. Sus labios eran suaves y encajaban perfectamente en los míos. Él chupó suavemente mi labio inferior y abrí mi boca, sin realmente saber que esperar de mi primer beso adecuado.
Deslizó su lengua en mi boca y masajeó la mía con ternura. El sabor de él era increíble mientras exploraba mi boca entera.
De repente, se apartó, y me pregunté en que me había equivocado. Él levantó la cabeza a mi puerta, apretando su mano sobre mi boca para mantenerme callada.
—Grita que estás bien —susurró. Lo miré, confundida.
— ¡Amber! ¡Abre la puerta! —gritó Niall, golpeando la puerta con fuerza.
Liam asintió con la cabeza y me retiró su mano de mi boca. Me aclaré rápidamente la garganta.
—Niall, estoy bien. Estoy cansada, así que vete —grité, tratando de hacer mi voz sonar enfadada.
—Ambs, ¿Has visto a Liam? —preguntó, a través de la puerta. Miré a Liam, horrorizada. ¿Qué diablos se supone que tengo que responder a eso? “Sí, en realidad está en la cama conmigo, medio desnudo, y acabo de tener mi lengua en su garganta. Ahora te puedes ir, que estás interrumpiendo”. Sí, no creo que eso le agradaría mucho a mi hermano.
—Me fui a casa —susurró Liam, asintiendo con la cabeza alentadoramente.
—Dijo que se iba a casa, Niall. Ahora vete —grité, mordiéndome los labios y esperando que él se lo hubiera creído. Liam inclinó su cabeza hacia abajo y sentí sus suaves labios de nuevo en los míos de nuevo, alejándose con un suspiro cuando Niall vuelve a gritar.
—Amber, ¿estás bien? Suenas un poco extraña.
Me reí.
—Sí. Me sentía mal así que vine a la cama, pero ahora estoy bien. Te veré mañana. Oh, y por cierto, no voy a limpiar, así que tienes que hacerlo todo —bromeé, sonriendo ante la idea de que él limpiara toda la casa solo.
—Lo que tu digas Ambs, ambos sabemos que me ayudarás de todos modos —dijo riendo.
Miré hacia Liam, que sonreía con su hermosa sonrisa y presionó sus labios contra los míos de nuevo, haciendo que el cosquilleo volviera al instante.
Un rato después se alejó un poco de mí y se recostó, atrayendome a su lado.
Puse mi cabeza en su pecho y colgué mi pierna sobre él y mis brazos en su cintura.
Él se agachó y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.
Sus labios rozaron la parte superior de mi cabeza y cerré los ojos, sintiéndome más feliz de lo que había estado por mucho tiempo.
Justo antes de dormir tuve una horrible sensación de que esto era un error que terminaría pagando por la mañana. Quiero decir, estaba con el mejor amigo de mi hermano, que era un total mujeriego, y que sólo se preocupaba por él mismo.
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